lunes, 28 de febrero de 2011

domingo, 27 de febrero de 2011

¿Por qué no se cae todo?

Canción ambiental (abrir en otra pestaña)
¿Por qué no se cae todo? Todo cuanto conocemos, todo cuanto nos "protege"; todo cuanto nos hace sentirnos seguros, todo cuanto nos oprime, todo cuanto nos alegra, todo cuanto nos deprime, todo cuanto nos llena, todo cuanto nos vacía, todo cuanto nos salva, todo cuanto nos mata, todo cuanto nos da por la espalda, todo cuanto damos y sabemos que hacemos daño, todo el egoísmo, todo lo que nos hace sentirnos poderosos, todo lo que nos hace sentirnos en la mayor de las ruinas, todo cuanto queremos, todo cuanto sentimos, todo cuanto odiamos, todo lo que nos rodea, todo lo que damos por sentado; todo lo que tenemos por asegurado, todo lo que nos corrompe, todo lo que nos hace ser fieles, todo lo que contemplamos, todo lo que pensamos, todo lo que nos retiene, todo lo que nos empuja, cada frontera que nos oprime, cada horizonte que nos libera, toda la belleza junta; todo el horror ilustrado, por qué no se evaporan los mares y se derrumban las montañas, por qué el sol no estalla, por qué existe ese equilibrio, ¿por qué coño no se cae? ¿por qué la naturaleza también siente miedo de ella misma? ¿por qué? ¿por qué somos tan egoístas? ¿por qué cada uno mira por su interés sin sentir que esta dañando no el interés de otra persona, sino sus sentimientos? Sus sentimientos, lo que lleva por dentro, ¿por qué no nos caemos? ¿por qué frenamos ante el precipicio? ¿por qué no saltamos? ¿por qué existe el miedo a lo finito? ¿por qué escribo esto? ¿por qué sigo siendo el mismo que hace tanto y tanto distinto es mi pensamiento? ¿por qué el cielo no se nubla y no se despeja nunca más? ¿por qué esos tiranos sólo piensan en ellos? ¿Por qué arde lo que nos da la vida? Porque existen personas que por miedo o por egoísmo encienden la cerilla, o si ya ha saltado la chispa no quieren traer agua para apagarlo, y no sólo eso, también impiden que aquellos que quieren apagarlo, aunque no tengan el agua, puedan hacerlo.

martes, 8 de febrero de 2011

Mi pequeña disertación sobre Dios.

La existencia de Dios es un problema que lleva en las cabezas de pensadores durante siglos. Antes, la fuerte influencia de la Iglesia en la vida de cualquier tipo de persona no daba cabida a que ninguna pudiera plantearse si realmente existía algún ser superior. Con el paso del tiempo surgieron filósofos que sí empezaron a razonar sobre esta seria duda, cuestionándola y aportando argumentos que ellos mismos habían deducido basándose en su conocimiento.
Durante esta exposición argumentativa veremos los tres puntos de vista que se adoptan frente a esta existencia de un ser superior (los teístas, los agnosticistas y los ateístas), apoyándolos con sus respectivos argumentos filosóficos y refutando los más débiles.

Empezaremos explicando la posición teísta, es decir, los creyentes en un ser superior, Dios, aportando los argumentos que la defienden y, posteriormente, detectando los fallos que puedan tener.
Descartes, en el siglo XVII, ofreció varias pruebas de la existencia de Dios. Una de ellas es la psicológica, en la cual explicaba que entendemos a Dios como un ser infinito, pero que nosotros, al ser seres finitos, no podríamos haber elaborado ese concepto de ilimitación, por lo tanto un ser con esta cualidad de infinito debería de haberla introducido en la mente de un ser finito. Resumía esta explicación con la siguiente enunciación “Dios es la causa de la idea de Dios que hay en  mi mente”.
Otra prueba que aportaba este filósofo era la prueba lógica, inspirada en la filosofía medieval, y la cual afirma que Dios es un ser perfecto, por lo tanto tiene que existir, ya que sino le faltaría la cualidad de la existencia y no sería perfecto. La prueba lógica apoya la existencia de Dios desde el propio concepto que lo define.

A pesar de que estas “pruebas” poseen una construcción lógica correcta no significa que  el argumento que defienden sea cierto. Por ejemplo, no por imaginar que acabarán las guerras en el mundo estas terminarán. Aplicando este mismo ejemplo al caso que estamos tratando, no por imaginar que Dios existe este debe de existir.

Un filósofo más actual, Horkheimer, argumentaba: “Dios debe existir para que la injusticia no sea la última palabra de la historia”. Sin embargo, esto es algo muy fácil de descalificar, pues lo que expresa es una necesidad que tenemos de que Dios exista, pero que lo necesitemos no es justificación alguna para que exista. Así pues, ejemplifiquemos esta afirmación de Horkheimer con un caso de nuestra vida: Si navegamos en un barco y naufragamos, quedando rodeados de mar, tendremos la necesidad de divisar tierra, aunque solo sea una pequeña isla, para nadar hasta ella y así salvar nuestra vida, pero no significa que porque deseemos y necesitemos esa isla esta vaya a estar allí.

Una vez analizados los diferentes argumentos de los creyentes pasaremos a analizar a los practicantes del agnosticismo. Su postura es algo compleja, pues ni afirman ni niegan la existencia de Dios, es decir, se muestran indiferentes frente a las creencias o no creencias sobre Dios, aunque normalmente tienden a afirmar la existencia de un ente superior. Así Pascal  enunció en el siglo XVII “No es posible saber si Dios existe o no, pero puestos a elegir defiendo que es mejor creen en un Dios que no existe a no creer en uno que sí existe”.

 Ser agnóstico es admitir que Dios es sólo una hipótesis, que ni puede ser falseada ni demostrada, pero también es no echar de menos a Dios, es decir, no necesitar o suponer de su existencia, o al menos así definía Tierno Galván a esta postura, aunque yo también incluyo a los que utilizan a Dios; me explico:
Al aplicar la frase “utilizar a Dios” quiero hacer referencia a aquellas personas que en ciertas circunstancias afirman su existencia (por ejemplo cuando a un ser querido le ocurre una desgracia rezan para que se recupere pronto), pero en otras niegan su existencia (por ejemplo al contemplar las injusticias que se dan día a día en el mundo). A parte de estos “oportunistas” también incluyo a los “indiferentes”, es decir, los que, como define Tierno Galván, se valen de sus propias capacidades para afrontar la vida, actuando indiferentes respecto a la existencia de un Dios.

La crítica que se le realiza a los agnósticos es que no resuelven el dilema sobre la existencia de Dios, simplemente se dedican a ignorar el tema o bien a cambiar de postura cada vez que les convenga, lo que les lleva a tener una creencia frágil débilmente sostenible.

Por último veremos la postura en la que me sitúo, el ateísmo. Como su propio término da a entender (a-teístas, no-teístas) son aquellos que niegan la existencia de un ente superior. Estos son los que más razones diferentes aportan, por lo que se pueden clasificar en cuatro grandes grupos: el ateísmo antropológico, el ateísmo político, el ateísmo psicológico y el ateísmo vitalista. A parte de estos cuatro grupos, creo conveniente añadir uno más, el ateísmo popular, que analizaré por mí mismo en último lugar. Comencemos:

El ateísmo antropológico, desarrollado por Feuerbach (siglo XIX), se basa en el principio de que Dios es creado por el hombre a su imagen y semejanza, elevando nuestras cualidades hasta el infinito, así pues si el hombre tiene conocimiento, Dios es omnisciente (que su sabiduría abarca todo el saber), si el hombre posee bondad, Dios es bueno y posee la bondad infinita, si el hombre está capacitado con voluntad, Dios es todopoderoso, etc. Todo esto se resume en que el ser humano, siendo consciente de su imperfección, crea a un ser perfecto, portador de todas nuestras cualidades positivas elevadas tanto como sea posible. Esto hace que el ser humano se empobrezca adorando a un Dios que no es nada más lejos que él mismo, sólo que un poco mejorado.

El ateísmo político, representado por Marx, defiende el mismo principio que el antropológico; Dios ha sido creado por nosotros asignándole nuestra misma imagen y cualidades, aunque estas últimas elevadas al infinito. A diferencia de Feuerbach, considera que este ente superior fue creado para restar importancia a la miseria de la vida, las malas condiciones sociales y el alto índice de pobreza con el que convivimos en el día o día, o sea, el hombre cree en Dios para que este le otorgue lo que realmente merece, y las injusticias sean recompensadas. Así pues, afirma que mientras el hombre siga refugiándose en esta idea no se movilizará para combatir la injusticia de la vida y lograr que se vuelva cada vez más justa, simplemente se conformará con el anhelo de conseguir el reconocimiento de su esfuerzo en otro momento (por ejemplo, en la religión cristiana, se ofrece esta compensación en el reino de los cielos).  Marx afirma que “la religión es el opio del pueblo”, lo que viene a decir que sólo es un método para engañarnos a nosotros mismos.


El ateísmo psicológico. Freud afirma que la función que cumple Dios es la de un padre, es decir, su función es la de ampararnos y protegernos de la misma forma que nuestro padre biológico lo hacía mientras éramos pequeños. Esto nos da a entender que la sociedad permanece en un estado infantil a través de la religión, por lo que la fe en Dios es una enfermedad psiquiátrica que el propio individuo debe eliminar superando su miedo infantil.

El ateísmo vitalista de Nietzsche explica como el hombre se siente temeroso frente a la realidad que le rodea, una realidad finita en la que se ve involucrado sin capacidad para poder cambiarla como le gustaría. Así es como nace Dios, como respuesta a esa incapacidad de afrontar la vida y el dolor que esta produce. De esto surge la necesidad de creer en ciertas mentiras que ayudan a soportar la crueldad de la realidad en la que se vive, mentiras como, por ejemplo, creer en otra vida (que tendría el papel asignado de “buena y verdadera”). Al creer en esto, nos olvidamos de vivir la vida que se nos otorga aquí en tierra, que es la única que realmente tenemos asegurada y por la que tenemos que luchar para transformarla de dolorosa a placentera, de injusta a justa, de mala a buena.

Por último desarrollaré, con mi ejemplo personal, al que he decidido nombrar ateísmo popular. Este es el tipo de ateísmo que experimenté antes de conocer ninguna de estas argumentaciones filosóficas (las cuales han apoyado la reflexión que hice en su momento) y que desarrollan más personas; es más, al preguntarle a cualquier persona por qué es atea normalmente responde con este tipo de argumento. Esa reflexión que hice se basó en contemplar la sociedad día a día y replantearte entonces si realmente existe un Dios. Si observaste bien dirás como respuesta no. No hay ningún Dios que valga para recompensar al padre que es asesinado por su hijo. No hay ningún Dios que valga para justificar que un niño sea adiestrado para matar en una guerra. No hay ningún Dios que valga para darle un hogar al pobre indigente que reside en la calle. No hay ningún Dios que valga para explicar la corrupción, ni para que subas al metro y estés sentado encima de una bomba sin ni tan siquiera coscarte, ni que vayas conduciendo perfectamente y un borracho se estrelle contra ti, tú mueras y él salga ileso, ni para incontable número de cosas que podría seguir diciendo y la lista se haría muy, pero que muy extensa.
Un argumento en contra de este que se puede utilizar es que Dios guía a ciertas organizaciones y personas voluntarias que, por ejemplo, ofrecen comida o asilo por un día al indigente, pero siento decir que esas personas no han sentido la llamada de Dios, sólo se han asomado a la ventana y han visto a una persona muriéndose de frío acostado entre cartones, entonces decidieron ayudarle a él y a otros como él de la forma en que pudieran. A esto se le llama altruismo, término que la sociedad de hoy en día ha olvidado su significado.

Llegado a este punto ya hemos visto las tres posiciones que se pueden adoptar respecto a la creencia en Dios. Junto a cada argumento desarrollado hemos expuesto el problema que este crea. Cada uno tiene que identificarse con uno o más de esos problemas y buscar su propia solución.

Para finalizar esta es la opinión que desarrollado:

La gente cree en un Dios que le ampare, que les ofrezca protección, que les alivie sus problemas, que les recompense por su trabajo como lo merecen... el problema se crea al confiar estas cosas a un “ser superior”, puesto que al hacer esto nos olvidamos de luchar por ello, de conseguir nuestro propósito, de sentirnos seguros por nosotros mismos, de poner solución a nuestros problemas por nosotros mismos, de conseguir la recompensa que realmente nos merecemos por nosotros mismos, simplemente nos conformamos con lo que obtenemos de la vida y tachando a esto de designio de Dios, el cual hará justicia más adelante, y llegados a este punto debemos volvernos egoístas, porque nadie va a luchar por tus intereses mejor que tú, porque si realmente ese Dios fuera todopoderoso y lleno de bondad, ¿por qué existe el mal en el mundo? Si intentas dar como respuesta que existe otro mundo en el que se nos recompensa, volvemos nueve líneas más atrás, nos olvidamos de luchar.

domingo, 6 de febrero de 2011

Creación del blog.

Ahora mismo acabo de crear el blog, aunque creo que no empezaraé a publicar hasta dentro de unos días, así como a ponerle cositas "chulis".
Saludos ;)
Licencia de Creative Commons
INSpirado by Francisco Luque is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Based on a work at normalmentearatos.blogspot.com.